Por Rosa García

La historia de Bodegas Amador García no es muy diferente a la de otras bodegas de Rioja Alavesa. Familia, tierra y vino como denominador común. Nuestra historia empieza con mi padre Amador García Chavarri, quien compaginaba de joven su trabajo en la fábrica Mercedes de Vitoria-Gasteiz con su gran pasión y tradición “el vino”. Así, nació en 1969 la primera bodega vinculada a nuestra familia, Bodegas Garpe, años de duro trabajo y aprendizaje.

A principios de los años 80, la normativa implantada por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja (DOCa) exige tener la bodega ubicada en la denominación, por lo que mi padre decide volver a sus orígenes, su pueblo, Baños de Ebro. ¡Un sueño hecho realidad!

En 1982 se lleva a cabo la construcción de la bodega ya bajo su nombre, Amador García, en un entorno privilegiado, entre la Sierra de Cantabria y el río Ebro. En esta primera fase, se elaboran y comercializan vinos tintos jóvenes, blancos y rosados. Años más tarde, en 2001, mis hermanos, mi hermana y yo nos hacemos cargo del viñedo, la gestión y la comercialización de los vinos, siempre contando con los consejos y las enseñanzas de mi padre, el mejor impulso.

 

Enoturismo en Baños de Ebro

Con el objetivo de seguir creciendo, decidimos elaborar vinos crianza, por lo que tuvimos que ampliar la bodega y construir un lugar tranquilo para las barricas. Pero nuestro sueño era que la gente visitara nuestra casa y probara nuestros vinos, que vivieran una experiencia enoturística con nosotros, por eso, en el año 2015, dimos un paso en firme hacia el enoturismo. Nos unimos a la Ruta del Vino de Rioja Alavesa y desde entonces los visitantes pueden disfrutar de nuestro viñedo, de nuestras instalaciones y compartir con nosotros un trocito de sus vidas. Experiencias únicas y diseñadas para cada grupo que te harán sentirte como en casa y disfrutar de un día único e inolvidable. ¿nos acompañas?